'Los recuerdos y sus putas'


Así pues me dispuse a guardar todos los recuerdos en una caja de cartón. La caja al fondo de un cajón y nunca jamás se supo nada de ellos. Yo nunca mas volví a acordarme de tu existencia, olvidé dónde había guardado nuestros recuerdos y me olvidé de ti. Adiós. Adiós a todo.
Reconozco que encontrar la caja me alegró y a la vez me entristeció, sonrisas y llantos. Aquella última foto reabrió todas las heridas.
Deje su mensaje después de la señal...―Necesito hablar contigo―. No sé si eran los nervios por dar el primer paso a nuestra ruptura o la rabia que sentía en ese momento pero no me salieron más palabras, sólo aquel 'Necesito hablar contigo' lleno de odio y tristeza, entre tantos. Es preciso decir que al principio no me podía permitir sonreír ni ser feliz, aunque luego todo resultó ser más fácil de lo que pensaba, más llevadero, me hice a la idea de que no volverías, de que te habías ido y seguí adelante, sin mirar atrás, fue difícil, pero no imposible.
― ¿Qué pasa, cielo?- Dijiste.
No me creía que te atrevieras a preguntarme que qué pasaba, después de que estuvieras tanto tiempo jugando conmigo pensé que ya lo sabrías. Primero rabia, luego tristeza y para acabar lágrimas, fue entonces cuando te respondiste a ti mismo. Te diste cuenta de que ese día te quedabas sin mí, de que el juego a dos bandas te había estallado en la cara y de que no era tonta aunque pareciera inocente.
―Fin del juego―Dije.
―Nunca fue un juego― Dijiste.

No te creí, y sigo sin hacerlo, pienso que para ti siempre fue un juego. No comprendí la razón de tus lágrimas, entonces me miraste a los ojos donde vi tristeza y rabia hacia ti mismo, entendí pues que aunque hubieses hecho aquello no querías perderme y que a lo mejor si era cierto que era importante para ti.
Te odié, cierto. Te quise, cierto también y cuanto lo hice...
Habían tantos recuerdos en una foto dentro de una vieja caja en un cajón olvidado...
―Te quiero...― Dijiste.
―No hace falta que mientas más―Dije.

Replicaste diciendo que no mentías, que me querías, que todo aquello solo era un bache y que juntos podíamos pasarlo. No, no pudimos pasarlo. Tuve tanto miedo, amor mío. Tuve miedo a haberme equivocado, a no poder vivir sin ti, a que me olvidaras como lo había hecho yo...
―No quiero que te vayas, quédate aquí, conmigo...―Dijiste tantas cosas.
Necesitaba que me explicaras el significado de tus palabras mudas, hablabas tanto y decías tan poco, todas esas palabras se resumían en un 'Te necesito'.